miércoles, 10 de octubre de 2012

El número de emprendedores crece en España.

Emprender para salir del desempleo o autoemplearse es una salida que están llevando a cabo cientos de personas en España ante la altísima tasa de paro creciente y sin probabilidades de encontrar un nuevo trabajo a corto plazo.


En los últimos años el crecimiento de personas, la mayoría jóvenes que optan por montar su propio negocio bien como autónomos o bien fundando su propia PYME ha crecido por encima de la media de la U.E., lo cual me parece que abre una rendija de aíre fresco en estos tiempos tan duros.

Decir tiene que emprender no es nada fácil, es mucho más dificil y arriesgado que optar por enviar CVs a diestro y siniestro con sus respectivas cartas de presentación o autocandidatura, pasar entrevistas y trabajar para otros o bien emigrar a otros países de nuestro entorno o más lejanos con mejor expectativa económica y bajísimo desempleo por lo menos de momento o estudiar unas oposiciones con final incierto. Pero en estos tiempos que corren es lo que hay. Y a veces no cabe más remedio que tener la cabeza fría, los pies en el suelo y buscarse el pan por nosotros mismos, y de esta forma también se crea empleo, menos pero se crea.

Hace bastantes meses se decía que España necesitaba al menos un millón o dos de emprendedores para poder solventar un poco la escasez de empleo, y que debíamos de cambiar nuestra mentalidad en muchos casos de trabajar por cuenta ajena a hacerlo por la nuestra propia. Parece que esa perspectiva es la que está tomando forma en este país, al menos la mentalidad de muchas personas que antes de la crisis preferían buscarse la vida trabajando dentro de unas determinadas empresas aunque fuera de manera temporal hasta que alguna vez les hicieran un contrato indefinido, esperanza de muchos y consuelo de pocos o también aquellos muchos que optaban por opositar a algún puesto de la administración a fin de encontrar un puesto estable.

Pues bien, parece que la crisis por fin nos ha ido cambiando la mentalidad aunque sea a patadas en el estómago. Antes en muchos casos emprender era cosa de gente con ciertos posibles, montar un local, comprar maquinaria, hacer reformas, o franquiciarse en el mejor de los casos y si tenía éxito decíamos que estaba montado en la peseta o en el euro y si no que era un fracasado o fracasada y ya de buenas a primeras les tirábamos piedras e iban derechos al río. Muy al contrario de lo que sucede en otros países como Estados Unidos, Reino Unido o Alemania donde el emprendedor no solamente está bien visto, si no que además de facilitarle mejor la vida para montar su propio negocio, si fracasa no se convierte de la noche a la mañana en un paria social, sino que se le anima a volver a intentarlo tantas veces pueda. Y es que si arriesgas, puedes perder, pero ganas en experiencia, y esa experiencia, valga la rebundancia, se podrá aplicar a la segunda aventura y tercera y cuarta y las aventuras empresariales en las que quieras y puedas embarcarte, eso sí, procurándote no endeudarte de por vida, hacerlo con cabeza y sabiendo como salir del agujero sin muchos problemas.

En España, como suele ocurrir como siempre, la sociedad suele evolucionar más aprisa que las propias legislaciones, quedándose en algunos casos muchas leyes ya anticuadas, incluso las propias autonómicas que dificultan el tiempo de creación de empresas, algo que muchos ya sabíamos y que Bruselas se ha encargado de tirarle de las orejas a nuestro Gobierno y los autonómicos. También es muy posible que haya que recambiar bastantes más cosas de nuestros politicos pero eso ya es otra historia.

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